GINEBRA (18 de abril de 2012) – A medida que las negociaciones sobre el resultado de la Conferencia Río +20 entran en una fase fundamental, la jefa de Derechos Humanos de la ONU, Navi Pillay, insta a todos los Estados miembros de las Naciones Unidas para asegurar que los derechos humanos están completamente integrados en las discusiones y en cualquiera sea su resultado.
Veinte años después de aprobada la histórica Declaración de Río, la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible ha sido convocada para junio de este año. Lamentablemente, dijo Pillay en una carta enviada a todos los Estados miembros de la ONU, el proyecto de documento final de la Conferencia de Río +20 no toma suficientemente en cuenta los imperativos relacionados con los derechos humanos.
«En los últimos años, la gente ha salido a las calles en todas las regiones del mundo, a exigir con pasión sus derechos humanos fundamentales -en muchos casos con gran riesgo personal», dijo Pillay. «Para que Río +20 tenga éxito, sus resultados deben asegurar que se establezcan las garantías explícitas que corresponden a los derechos humanos».
Pillay advirtió que la incoherencia entre las normas internacionales de derechos humanos, las estrategias medioambientales y las políticas económicas puede ser perjudicial para todas ellas.
«Las estrategias basadas en la estrecha búsqueda de un crecimiento económico sin tener en cuenta debidamente la equidad y las consideraciones relacionadas con el medio ambiente, los derechos sociales y los derechos humanos, no satisfarán sus objetivos económicos y arriesgan dañar el planeta y los derechos fundamentales de las personas», dijo.
La Alta Comisionada señaló que existen numerosos ejemplos de proyectos orientados al desarrollo sostenible que inciden seriamente sobre los derechos de comunidades que ya son vulnerables, lo que redunda en falta de tierras, de vivienda y despojos económicos.
«Los procesos tecnocráticos han excluido a las mujeres de la toma de decisiones, las desigualdades económicas y sociales se han exacerbado, los pueblos indígenas han visto amenazados sus tierras y medios de vida por causa de algunos sistemas de reducción de emisiones, las escasas tierras productivas a veces han sido desviadas hacia la producción de biocombustibles, y los proyectos masivos de infraestructura han resultado en desalojos forzados y la reubicación de comunidades enteras «, expresó.
«En palabras simples, un desarrollo participativo, responsable, no discriminatorio y que propicie el empoderamiento es más efectivo, más justo y definitivo, más sustentable».
Pillay dijo que la Declaración de Río de 1992 ha sido celebrada por su enfoque que integra el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente, y porque está “totalmente impregnada de consideraciones de derechos humanos, esenciales para el desarrollo sustentable».
La Alta Comisionada llamó a todos los Estados miembros a que se comprometan a garantizar la plena coherencia entre sus obligaciones internacionales de derechos humanos y los esfuerzos para avanzar hacia la economía verde.
«Todas las políticas y medidas destinadas a promover el desarrollo sustentable deben estar sólidamente fundadas en el derecho al desarrollo, basado en los principios de participación, rendición de cuentas a nivel nacional e internacional, no discriminación, empoderamiento y el imperio de la ley», dijo Pillay.
«Los actores del sector público y privado deben proceder con la debida diligencia, incluso llevando a cabo evaluaciones de impacto en derechos humanos. Deben tener especial cuidado para prevenir y remediar cualquier impacto negativo sobre los derechos humanos de grupos vulnerables y marginados, incluyendo a los pueblos indígenas, las minorías, los migrantes, las personas que viven en la pobreza, las personas mayores, personas con discapacidad y los niños. El empoderamiento de las mujeres, la protección de sus derechos y su participación significativa en la toma de decisiones deben ser asegurados”.
Pillay agregó que los Estados deben garantizar que se otorgue atención explícita a la protección de los derechos humanos a la alimentación, al agua y al saneamiento, a la salud, vivienda y educación, y a la participación en los asuntos públicos.
«Un resultado sólido en Río, que integre fácilmente los elementos del medio ambiente, los derechos sociales, económicos y humanos del desarrollo sustentable, hará mucho para ayudarnos a avanzar en nuestra misión colectiva de crear un mundo libre del temor y de las privaciones», añadió la jefa de derechos humanos de la ONU.
«Estoy a la expectativa de mi participación en este importante proceso.»
Para ver el texto completo (en inglés) de la carta de Navi Pillay a los Estados Miembros, visite: https://acnudh.org/discursos-editoriales-otros/declaracion/
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