La pandemia de COVID-19 ha afectado a las sociedades en su núcleo. Todas nuestras sociedades se han visto afectadas desde el punto de vista médico, social, político y económico, revelando vulnerabilidades nuevas y exacerbadas que plantean una seria amenaza de dejar atrás aún a más personas.
La pobreza, las desigualdades, la discriminación, la exclusión, la degradación ambiental han alimentado la tragedia humana que el mundo ha visto desarrollarse. Estas y otras lagunas en la protección de los derechos humanos han chocado con crisis políticas, sociales y económicas arraigadas en todo el mundo, lo que hace que las sociedades sean más vulnerables al coronavirus.
A medida que numerosos países de todo el mundo han entrado en su segunda ola de la pandemia, ha quedado muy claro que, una vez que la crisis termine, simplemente no podemos volver a cómo era el mundo antes. De esta tragedia compartida surge una oportunidad: para que la humanidad pueda reconstruirse mejor, debemos poner los derechos humanos en el centro de la recuperación.
La pandemia nos ha recordado a todos una simple verdad: un mundo que respeta plenamente los derechos humanos de todas las personas es un mundo mejor preparado para afrontar y recuperarse de todas las crisis.
Recuperarse mejor significa fortalecer nuestro compromiso con los derechos humanos y con la consecución de los objetivos marcados en la Agenda de Desarrollo Sostenible. Significa corregir las desigualdades dentro y entre países; crear sistemas universales de salud y protección social; abordar la degradación ambiental; fortalecimiento de instituciones; y abordar las violaciones estructurales de los derechos humanos, que han alimentado la propagación y la gravedad de COVID-19.
Significa abordar urgentemente la emergencia climática y crear un mundo justo, inclusivo e igualitario y, por lo tanto, más resiliente y preparado para enfrentar crisis futuras.
La frase «Estamos todos juntos en esto» es ahora más relevante que antes. Desde las personas hasta los gobiernos, desde la sociedad civil y las comunidades de base hasta el sector privado, todos tienen un papel en la construcción de un mundo post-COVID que sea mejor para las generaciones presentes y futuras. O estamos juntos o nos desmoronamos. Y con los derechos humanos en el centro de la respuesta al COVID-19, nos recuperaremos mejor.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Michelle Bachelet, cree firmemente que «trabajando juntos, podemos recuperarnos mejor. Con una fuerte solidaridad, podemos construir un mundo que sea más resistente, sostenible y justo”.
En el Día de los Derechos Humanos, el 10 de diciembre, escuchemos su llamado y luchemos juntos por los derechos humanos. Imaginemos un mundo nuevo, un mundo mejor donde los valores visionarios de la Declaración Universal de Derechos Humanos nos hayan acercado a todos a la recuperación.
Esa podría ser nuestra realidad.
El Día de los Derechos Humanos se celebra cada año el 10 de diciembre para conmemorar el día en que en 1948 la Asamblea General de la ONU adoptó la Declaración Universal de Derechos Humanos. Este año, únete a nosotros para reafirmar la importancia de situar los derechos humanos al centro de la recuperación para reconstruir el mundo que queremos.
1 de diciembre de 2020
Fuente: ONU Derechos Humanos
¿Te preocupa el mundo en que vivimos? Entonces levántate por los derechos de alguien hoy. #Standup4humanrights y visita http://www.standup4humanrights.org/es
