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Urge desmantelar los sistemas que perpetúan el racismo, advierte nuevo informe

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30 de septiembre de 2022 – Pese a que se ha avanzado, las iniciativas de combate a ese lastre carecen de un enfoque integral que lo elimine desde las raíces estructurales, institucionales y sociales que lo sostienen desde hace siglos y continúan infligiendo daños profundos hoy, señala un informe sobre el tema. La Alta Comisionada pide mayor voluntad política a los Estados para acelerar las acciones hacia la erradicación del racismo.

Los afrodescendientes han liderado un activismo apoyado por muchos grupos de población que ha logrado un mayor reconocimiento del racismo sistémico que asola a muchas sociedades y que ha generado iniciativas concretas en algunos países. Sin embargo, la discriminación racial persiste y no desaparecerá en tanto no se desmantelen de raíz los sistemas que la perpetúan, advirtió la Oficina del Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos en un informe divulgado este viernes.

Las iniciativas de distintos países para combatir el racismo contra las personas africanas y afrodescendientes, en su mayoría implementadas por los Estados, se centran, en términos generales, en la aplicación de la ley y la promoción de la rendición de cuentas y la reparación de las víctimas, incluso por legados de esclavitud, comercio transatlántico de esclavos y colonialismo.

El informe aplaude estas iniciativas y las considera prometedoras, sobre todo aquellas que reconocen el racismo como algo más que la suma de actos individuales y lo abordan desde sus orígenes. No obstante, afirma que en su mayor parte, no se ocupan del racismo sistémico, que implica factores estructurales, institucionales, estatales, económicos y sociales, todos interconectados.

Proyectos fragmentarios

La Alta Comisionada interina para los Derechos Humanos, Nada Al-Nashif, explicó que esos proyectos son fragmentarios. “No alcanzan los enfoques integrales necesarios para desmantelar el arraigado racismo estructural, institucional y social que ha existido durante siglos y continúa infligiendo un daño profundo en la actualidad”, dijo.

En este sentido Al-Nashif pidió a los Estados mayor voluntad política para acelerar la acción, especialmente mediante la implementación de las cuatro recomendaciones clave de la Agenda de la Oficina de Derechos Humanos de la ONU para el Cambio Transformador para la Justicia Racial y la Igualdad:

  1. Dejar de negar y empezar a desmantelar
  2. Poner fin a la impunidad y fomentar la confianza
  3. Escuchar a las personas afrodescendientes
  4. Encarar los legados del pasado, adoptar medidas especiales y garantizar una justicia reparadora

Iniciativas destacadas

El informe, que será presentado por la Alta Comisionada adjunta al Consejo de Derechos Humanos el próximo lunes, describe iniciativas internacionales, nacionales y locales, entre las que menciona la orden ejecutiva de Estados Unidos para el avance de prácticas policiales y de justicia penal efectivas y responsables en las agencias federales de aplicación de la ley.

Destaca también la aprobación de la Ley de Datos contra el Racismo en Columbia Británica, Canadá; las medidas tomadas en Sueciapara evaluar el uso de perfiles étnicos por parte de la policía; la recopilación de datos del censo en Argentina, que permite la autoidentificación como persona afrodescendiente; la adopción por parte de la Comisión Europea de una guía sobre la recopilación y el uso de datos basados ​​en el origen racial o étnico; además de las disculpas, reconocimiento, revisión de espacios públicos e investigación para evaluar los vínculos con la esclavitud y el colonialismo de varios países.

Manifestación contra la brutalidad policial en el barrio neoyorquino de Brooklyn.

Impacto desproporcionado en los afrodescendientes

Al margen de este progreso gradual, el informe alerta de una serie de problemas que afectan desproporcionadamente a las personas afrodescendientes en muchas naciones, como la falta de acceso a la salud, a una alimentación adecuada, a la educación, la protección social y la justicia.

Además refiere los altos índices de pobreza, las desapariciones forzadas y la violencia con respecto a otros grupos de población.

El estudio da cuenta de denuncias continuas de trato discriminatorio; deportaciones ilegales, uso excesivo de la fuerza y ​​muertes de migrantes africanos y afrodescendientes a manos de agentes del orden.

Asimismo cita el impacto desproporcionado de la pena de muerte, las políticas de drogas punitivas, los arrestos y la sobrerrepresentación en las cárceles; así como la falta de rendición de cuentas y reparación por las muertes de africanos y afrodescendientes durante o después de un encuentro con funcionarios encargados del cumplimiento de la ley.

Enfatiza que los datos recientes siguen mostrando tasas excesivamente altas de muertes de personas de ascendencia africana a manos de las fuerzas del orden en diferentes países y subraya los obstáculos que enfrentan las familias de las víctimas en la búsqueda de verdad y justicia.

Casos emblemáticos

Como ejemplo, el informe recuerda siete casos de muertes relacionadas con la policía de personas afrodescendientes: George Floyd y Breonna Taylor en Estados UnidosAdama Traoré en Francia; Luana Barbosa dos Reis Santos y João Pedro Matos Pinto en Brasil; Kevin Clarke en el Reino Unido; y Janner García Palomino en Colombia.

Los procesos de algunos estos casos emblemáticos han registrado ciertos avances hacia la rendición de cuentas, pero ninguno ha concluido y los familiares siguen demandando la verdad, la justicia, las garantías de no repetición, y el enjuiciamiento y sanción de todos los responsables, apunta la Oficina de Derechos Humanos.

En este sentido, la Alta Comisionada en funciones instó a los Estados a redoblar los esfuerzos para garantizar la rendición de cuentas y la reparación dondequiera que se hayan producido muertes de africanos y afrodescendientes en el contexto de la aplicación de la ley, y a tomar medidas para enfrentar los legados que perpetúan y sostienen el racismo sistémico.

“Sólo podremos construir un futuro más resiliente de igualdad y no discriminación, con dignidad humana y justicia racial, si los Estados y todos los actores sociales se mantienen unidos y aceleran la acción en el combate al racismo sistémico contra las personas africanas y afrodescendientes y si responden a sus demandas de ejercicio de sus derechos”, concluyó el informe.

Fuente: Noticias ONU


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