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Día Internacional de la Mujer: cinco líderes feministas exigen más igualdad para el mundo tras la pandemia

En vísperas del Día Internacional de la Mujer, cinco mujeres activistas nos explican por qué el liderazgo de las niñas y las mujeres es más decisivo que nunca.

Por OHCHR - América do Sul

EmHistórias Globais de Impacto

Mientras continúa la lucha contra el COVID-19, dirigentes feministas del mundo entero exhortan a construir tras la pandemia un mundo centrado en la igualdad, más justo, más sostenible y más inclusivo para todos. 

En vísperas del Día Internacional de la Mujer, hemos hablado con cinco de estas líderes. En cada uno de sus ámbitos de trabajo, estas activistas ejemplares nos han mostrado por qué el liderazgo de las niñas y las mujeres es ahora más decisivo que nunca.

Cleo Kambugu: Una “nueva normalidad” que nos incluya a todas 

Si solo prestamos atención a cierto tipo de mujer, ¿a cuántas otras dejamos de reconocer? ¿En qué medida eso ayuda a ampliar los límites en materia de derechos de la mujer?

Cleo Kambugu es una mujer transgénero ugandesa que lucha por la igualdad de las minorías sexuales y de género. En la actualidad, su simple identidad -como ocurre con otras mujeres transgénero, lesbianas y bisexuales- puede considerarse un delito en Uganda. 

“Creo que primero debemos tratar de que no se penalice a los ugandeses por lo que son y luego examinar la cuestión de cómo avanzar en la dirección correcta”, declaró. 

Cleo es directora de programas de UHAI EASHRI, un fondo de activismo indígena que apoya a las minorías sexuales y de género y a trabajadoras/res sexuales. Durante la pandemia, mientras muchos servicios, incluso los sanitarios, permanecían cerrados para los grupos minoritarios, su organización proporcionó subsidios de asistencia humanitaria y se aseguró de que “las personas pudieran vivir dignamente durante la crisis”. 

Para Cleo, en la “nueva normalidad” ha de prestarse atención a los derechos humanos, incluso a los de las mujeres y todas las comunidades marginadas. 

Cleo también aspira a replantear el concepto binario de género. “El Día Internacional de la Mujer debería incluir también a los géneros marginados”, señala. “Esos grupos no figuran en la efeméride. El verdadero empoderamiento de las mujeres consiste simplemente en dejar que sean ellas mismas, en toda su diversidad. Si se crea un ámbito que permita a las mujeres ser lo que son, su potencial se desatará plenamente”.

Amina Bouayach: “Lo que me guía es la tenacidad” 

Cuando Amina Bouayach decidió presentar su candidatura para ser la primera mujer que presidiría el Consejo Nacional Marroquí de Derechos Humanos, las primeras personas a las que consultó fueron sus hijos. “Quería que comprendieran lo que esa responsabilidad entrañaba”, afirma Amina. “Para mí, es importante contar con el apoyo de mi familia en un cargo como este. Ellos me ayudan a obtener buenos resultados”. 

Para Amina, el éxito no es una novedad. En su condición de primera mujer que dirige una organización no gubernamental en Marruecos, y con una carrera que abarca el periodismo, la política y ahora los derechos humanos, el liderazgo siempre ha sido parte intrínseca de su trayectoria profesional.

En calidad de presidenta del Consejo Nacional de Derechos Humanos y con la ayuda de sus colegas, Amina ejerce presión con miras a lograr cuotas para las mujeres en los cargos de representación política. Otros asuntos primordiales que reclaman su atención son el acceso igualitario a la educación para niñas y mujeres en Marruecos, la abolición del matrimonio precoz y la mejora de los derechos humanos de las niñas y mujeres con discapacidad. 

Su lucha por esos derechos no ha estado exenta de retos y dificultades, y en su condición de líder femenina, ya se ha enfrentado a la discriminación. “Algo importante que he aprendido a lo largo de este proceso es el valor de la conversación y la consulta”, explica Amina. “Lo que me guía es la tenacidad, que me ayuda a convencer a los demás, a seguir adelante y aplicar mis ideas”.

Amina cree que en el mundo posterior al COVID-19 deberíamos alejarnos de los estilos de vida anteriores a la pandemia. La vuelta a la normalidad previa, afirma, no debería ser una opción. También sostiene que los países deberían proceder de forma colectiva, en vez de defender sus intereses particulares. “Cuando uno asume una perspectiva universal, puede encontrar respuestas a los más complejos problemas de la humanidad”. 

Para Amina, el mundo tras el COVID-19 debería “encomiar la igualdad, combatir la discriminación y reconocer el valor de los derechos humanos”.

Mitzi Tan: Encabezar la lucha por la justicia climática

“Es un hecho muy simple: tenemos que luchar porque la tierra en la que vivimos -nuestro planeta, nuestro hogar- está en peligro”.    

“El año pasado, el archipiélago de Filipinas fue azotado por la tormenta más intensa de su historia reciente. El país ha padecido los estragos del cambio climático durante las últimas décadas: millones de personas viven en zonas inundables, la sequía afecta al suministro de alimentos y, para colmo, los defensores de los derechos ambientales corremos el riego de que nos encarcelen”. 

Esta amenaza no ha disuadido a Mitzi Tan, quien afirma que tuvo el privilegio de escoger su destino de activista.

Con 22 años de edad, Mitzi desempeña el cargo de coordinadora de la organización Activistas jóvenes en pro de la acción climática en Filipinas, el equivalente del movimiento Fridays forFuture en esa nación del sureste de Asia. Ella y su organización trabajan para sensibilizar a la población acerca de la crisis generada por el cambio climático. Mitzi explica que incluso si Filipinas es uno de los países más afectados por la crisis, la “educación sobre el clima” suele ser “alienante, de tipo occidental, demasiado técnica y en nada empoderante”.

En su condición de joven activista que lucha por un cambio de sistema en Filipinas, Mitzi asegura que se enfrenta a múltiples desafíos. 

“Los estereotipos de género están muy arraigados aquí”, afirma, y añade que en su calidad de mujer a veces la tratan con paternalismo, dudan de sus ideas, las descartan o no las escuchan.

Mitzi hace frente a este sexismo arraigado tratando de que los demás lo “desaprendan activamente”. Cree que es posible combatirlo mediante el diálogo y el fomento de la comprensión. 

“Para luchar por nuestros derechos, debemos recordar que no se trata solo de ti o de mí, sino de los derechos de todas las mujeres”, advierte. “Las mujeres somos poderosas. Las mujeres somos sorprendentes. Podemos lograr cualquier cosa”.

Editar Ochieng: Cambiar el relato sobre la violencia sexual

Cuando era una niña de seis años, Editar Ochieng fue víctima de abusos sexuales. A los 16, fue violada por una banda de delincuentes.

Editar creció en Kibera, el mayor asentamiento informal de Nairobi, la capital de Kenya. Lamentablemente, la violencia sexual y de género es un problema endémico y muy arraigado en esos suburbios. Esa situación se ha visto agravada aún más durante la pandemia, porque los confinamientos han generado más presiones familiares y económicas en un contexto que ya antes padecía de grados extremos de pobreza.

A los 26 años de edad, Editar fundó en Kibera el Centro Feminista para la Paz, los Derechos y la Justicia, una organización que apoya a las personas supervivientes de la violencia sexual y otras formas de malos tratos. 

En algún momento durante la pandemia, Editar recibía hasta diez llamadas diarias de víctimas de la violencia. 

Sin embargo, para Editar mencionar las cifras no es suficiente. En su opinión, basta con que una mujer haya sido víctima de abusos para que el número sea ya excesivo y todos los que tienen capacidad para defenderla tienen también la obligación de hacerlo, de sostener sus derechos y velar por que se produzca “una ruptura” en el statu quo.

Editar afirma que la educación le ha concedido la capacidad de examinar los problemas desde el punto de vista feminista, trascenderlos y llegar a ser una dirigente que lucha por cambiar una situación de injustica sistémica. 

“Cuando eres una lideresa, estás cambiando el relato”, asegura. “Es preciso que inculquemos a nuestras jóvenes la importancia de la educación. Tenemos que exigir el ejercicio de nuestro poder, de manera que eduquemos a una generación distinta, que comprenda que el poder existe, que es un poder que podemos controlar”.   

María de Luz Padua: Velar por los derechos de las trabajadoras del hogar

Cuando María de Luz Padua era una niña pequeña, su madre, que era empleada doméstica en la Ciudad de México, fue acusada de hurto. La policía se la llevó para interrogarla, por lo que María y sus hermanos se quedaron “muy, muy asustados”. 

Años después, María se convirtió también en trabajadora del hogar y se dedicó a cuidar niños. No quería pasar por la misma experiencia que había vivido su madre ni que otras empleadas domésticas tuvieran que verse en una situación similar.

En la actualidad, María es Secretaria General de la Unión de Trabajadoras del Hogar en México. Al representar a casi 2,4 millones de empleadas domésticas, su opinión y su liderazgo son decisivos en la lucha por mejorar los derechos y las condiciones de trabajo de estas personas, mediante el establecimiento de contratos formales, la seguridad social, las vacaciones pagadas y el derecho a organizarse en sindicatos.

El COVID-19 ha causado inmensas dificultades a las trabajadoras del hogar. Muchas han perdido el empleo. Otras han visto cómo su carga de trabajo aumentaba o han debido asumir responsabilidades adicionales en sus propias familias. Sus vidas han llegado a un punto crítico.

María y su marido no han salido indemnes, ya que ambos perdieron su empleo durante el año 2020.

Pero, aun así, María no ha perdido el optimismo. Ha estado trabajando bajo contrato para su antiguo patrono, que la trató “con dignidad y respeto”, y tiene acceso a la seguridad social.

Para el mundo posterior al COVID-19, María sueña con el día en que ella y las demás empleadas del hogar no tengan que preguntarse “¿cuáles son nuestros derechos?” Y, al esforzarse por lograr más participación de las mujeres en la toma de decisiones, “estamos construyendo un futuro mejor”. 

“La tarea de generar confianza entre las mujeres es fundamental para que accedan al liderazgo”, señala María. “Estamos abriendo el camino y podemos lograr ese cambio”.

Descargo de responsabilidad: Los puntos de vista, las informaciones y las opiniones expuestos en este artículo son los de las personas entrevistadas y no necesariamente reflejan la política o la posición oficial de la Oficina del ACNUDH.

Cleo, Amina, Mitzi, Editar y María participan en nuestra campaña #IStandWithHer. Si desea conocer más acerca de su labor y acceder a sus vídeos.

Le invitamos a que sume a nosotros para celebrar y honrar los logros de las mujeres en materia de liderazgo. Puede difundir sus propios relatos acerca de mujeres dirigentes que le inspiraron y que defienden los derechos humanos de las niñas y las mujeres, mediante la etiqueta #IStandWithHer.

Añada su foto a uno de los filtros que dedicamos al Día Internacional de la Mujer y difúndala en las redes sociales.

Fuente: ONU Derechos Humanos

¿Te preocupa el mundo en que vivimos? Entonces defiende los derechos humanos de alguien hoy. #Standup4humanrights y visita: http://www.standup4humanrights.org/es

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