Las sociedades de todo el mundo disfrutan de la diversidad étnica, lingüística y religiosa. Poner fin a la discriminación contra las minorías nos exige proteger y acoger la diversidad mediante la promoción e implementación de normas de derechos humanos.
Los Estados miembros de las Naciones Unidas dieron un paso fundamental en esta dirección en 1992 al adoptar de manera unánime la Declaración de las Naciones Unidas sobre los derechos de las personas pertenecientes a minorías nacionales o étnicas, religiosas y lingüísticas.
La Declaración establece normas fundamentales para garantizar los derechos de las personas pertenecientes a minorías y como tal es una referencia clave para la labor de las Naciones Unidas. Ofrece orientación a los Estados que buscan gestionar la diversidad y garantizar la no discriminación, y para las propias minorías, en su lucha por alcanzar la igualdad y la participación.
Este folleto recoge la esencia de la Declaración, cuyo texto completo se incluye en esta publicación.
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