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Mujeres activistas luchan por un espacio digital seguro

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“La seguridad digital es un derecho humano”, afirmó la egipcia Entesar Saeid, abogada y defensora de los derechos de la mujer. “Las jóvenes y las mujeres tienen derecho a expresarse en Internet en condiciones de seguridad y sin verse expuestas a amenazas y esto comprende las amenazas contra su vida privada”.

“Existen múltiples soluciones”, declaró Hera Hussain, activista del feminismo en el Reino Unido. “Necesitamos leyes más enérgicas para proteger a las supervivientes y lograr que las empresas tecnológicas regulen sus contenidos en las plataformas. La sociedad también debería generar ciudadanos digitales más éticos y mejores”. 

En el mundo entero, las mujeres activistas aúnan fuerzas para luchar contra la violencia de género en Internet y para crear un espacio digital libre de odio y discriminación, basado en el respeto de los derechos humanos. Al impulsar la rendición de cuentas y las reformas legales, proporcionar capacitación y apoyo, y empoderar a las mujeres, estas activistas marcan la diferencia.

En el Día Internacional de la Mujer, el ACNUDH honra a las activistas de los derechos de las mujeres y a los movimientos feministas que están en la vanguardia de los esfuerzos para promover los derechos de las mujeres y la igualdad de género.

El aumento de la violencia de género en Internet plantea un grave problema a escala mundial. Alrededor del 60 por ciento de las jóvenes y las mujeres han experimentado acoso en línea, un tipo de violencia que tiene las mismas consecuencias dañinas y peligrosas para la vida que otras modalidades de violencia de género.

Saeid es directora ejecutiva de la Fundación El Cairo para el Derecho y el Desarrollo, una ONG feminista que lucha contra todas las modalidades de violencia de género y promueve la igualdad y la justicia.

Desde su creación en 2009, la Fundación proporciona asistencia letrada las personas supervivientes de la violencia de género, comprendidos los casos de acoso sexual, incesto y violación, y combate la mutilación genital femenina. En 2023, la Fundación lanzó un programa para luchar contra la violencia en línea y apoyar a las víctimas y supervivientes.

El programa facilita apoyo legal y psicológico a jóvenes y mujeres. También coordina campañas en los medios sociales para informar a las mujeres acerca de la violencia en Internet y sobre cómo proteger sus cuentas en línea.

“A veces, las mujeres pueden estar expuestas a la violencia en Internet sin darse cuenta de ello”, declaró Saeid. “Desde que iniciamos nuestro trabajo, hemos visto un aumento de concienciación y en fecha reciente se han dictado algunas sentencias contra responsables de la violencia en línea. Pero todavía hay muchas mujeres que tienen miedo de denunciar este tipo de violencia, por el estigma social anejo”.

“Clínicas digitales” y reforma jurídica

«La seguridad digital es un derecho humano». Entesar Saeid, director ejecutivo de la Fundación de El Cairo para el Derecho y el Desarrollo. © Entesar Saeid

La Fundación ha creado “clínicas digitales” que proporcionan capacitación y fomentan las capacidades.

“Al principio, las mujeres no comprendían el concepto de clínica digital. En el primer mes de trabajo, atendimos a un solo caso. Pero pronto empezaron a llegar otros. En 2024, proporcionamos apoyo a 346 mujeres”, dijo Saeid.

Un estudio realizado en 2021 por ONU-Mujeres en la región de los Estados Árabes reveló que el 60 por ciento de las usuarias de Internet habían estado expuestas a hechos de violencia en línea. Saeid afirmó que la violencia de género era un fenómeno transversal que afectaba a todas las clases, pero que las jóvenes y las mujeres que actúan como influencers en las redes sociales están particularmente expuestas.

Además de realizar tareas de promoción y apoyo, la Fundación colabora con la asociación Selema (“seguridad”, en inglés), una red de ONG que trata de cambiar las leyes. El grupo participa en un equipo especial encargado de elaborar una ley de amplio espectro contra la violencia de género, con una sección específica que protegerá a las mujeres de la violencia digital.

“Debemos capacitar a los funcionarios que trabajan en los tribunales, la policía y el Ministerio del Interior, y se encargan de tramitar las denuncias de las víctimas”, declaró Saeid. 

“Las defensoras de los derechos humanos de la mujer forjan alianzas, promueven la rendición de cuentas, piden cambios y exigen la paz. Debemos apoyarlas y enviar un mensaje inequívoco de que la violencia de género, la discriminación y la misoginia no tienen cabida en nuestro mundo“.

Volker Türk, Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

«Todo ser humano tiene derecho a la dignidad, la seguridad, la autoexpresión y la buena salud». Hera Hussain, fundadora de Chayn. © Hera Hussain

Curar a las supervivientes

En lengua urdu, la palabra chayn significa “paz de espíritu”. Chayn es también el nombre de una organización sin ánimo de lucro que se ocupa de combatir la violencia de género y la que se ejerce contra las mujeres.

Hussain, oriunda del Reino Unido y criada en Pakistán, fundó Chayn en 2013, tras ayudar a dos amigas que huían de matrimonios abusivos.

“Descubrí que era muy difícil encontrar recursos en línea para las supervivientes, entre otra información básica sobre cómo hacer frente a los traumas”, señaló Hussain. “Es un trayecto muy solitario y no debería serlo, por lo que pensé que si reunía la información básica en un solo punto, esa compilación serviría de ayuda a las víctimas”.

En opinión de Hussain, la violencia de género en Internet “es la continuación de los abusos que las mujeres y los grupos marginados afrontan en el mundo físico y a los que se han enfrentado durante largo tiempo”.

“Pero la variante digital es mucho más incisiva y tiene mayor repercusión. Permite que el autor de la agresión actúe desde una parte del mundo, mientras la víctima superviviente se encuentra en otra”.

En la actualidad, Chayn trabaja con supervivientes del mundo entero en 14 idiomas y aporta promoción, instrumentos gratuitos en línea y recursos de seguridad, con especial atención a la curación y el empoderamiento de las mujeres y otros géneros marginados que han sido víctimas de abusos domésticos, sexuales o facilitados por los medios tecnológicos. En el contexto de su labor, el grupo ha beneficiado a unas 600.000 personas.

Salud mental

Hussain habló de las repercusiones de la violencia de género de tipo tecnológico sobre la salud mental de las víctimas, con especial atención al abuso sexual simulado.

“En muchas culturas, esas imágenes, aunque sean falsas, pueden causar una profunda vergüenza a las supervivientes y sus familias, e incluso pueden provocar daños físicos”, dijo. “Esos contenidos pueden cambiar el curso de la vida de la víctima, y hasta pueden impedir que vaya a la escuela, encuentre un empleo o contraiga matrimonio”.

Hussain añadió que la violencia de género en Internet puede limitar drásticamente el disfrute de otros derechos, e incluso puede impedir que las mujeres y otros grupos aspiren a cargos públicos, desarrollen una ciudadanía activa o simplemente vivan la vida en toda su plenitud.

“Todo ser humano tiene derecho a la dignidad, la seguridad, la libertad de expresión y la salud”, expresó Hussain. “Pero las mujeres y los géneros marginados están privados de estos derechos, porque en Internet hay pozos de odio, violencia y discriminación. Por eso es importante lograr que la red sea un sitio seguro y alegre. Es un ámbito comunitario digital, un espacio compartido por todos”.

Hussain cree que esa transformación positiva es responsabilidad de todos y que atañe especialmente a los gobiernos, las empresas de tecnología, los reguladores y las fuerzas de orden público. La sociedad civil también debe cumplir con sus funciones y educar a los jóvenes en el consentimiento, las relaciones sanas y el respeto hacia las mujeres.

“Si queremos que la humanidad avance, necesitamos contar con la participación activa de las mujeres, a fin de solucionar problemas tales como la seguridad alimentaria o la mitigación del cambio climático, y para que contribuyan a la innovación”, afirmó. “Si la violencia en línea les impide actuar como ciudadanas activas, no solo se produce una grave injusticia, sino que además perdemos muchas ideas valiosas”.

FIN

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