8 de marzo 2022 – La defensa de los derechos de todas las mujeres y las niñas es fundamental para crear un mundo más justo y sostenible.
Nuestro planeta se enfrenta a una crisis climática y medioambiental que repercute gravemente sobre las niñas y las mujeres. Entre los grupos más expuestos a las amenazas medioambientales figuran las integrantes de colectivos étnicos y religiosos discriminados, los pueblos indígenas, los que viven en la pobreza, los migrantes, los afrodescendientes, las personas de orientación sexual e identidad de género diversas y las que están en situación de discapacidad.
Todos estos grupos comparten una característica común: la discriminación y los sistemas discriminatorios los privan de sus derechos y los empujan hacia los márgenes de la sociedad. Al combinarse, estas fuerzas sociales, culturales y económicas perjudican a millones de niñas y mujeres en el mundo entero y, al hacerlo, también nos perjudican a todos nosotros.
Todas las sociedades necesitan de la plena contribución de todos sus miembros, a fin de garantizar un desarrollo justo y sostenible, que beneficie a la comunidad en su conjunto.
En el mundo entero, personas de todas las edades, procedencias e identidades que defienden los derechos humanos de las niñas y las mujeres coordinan los esfuerzos encaminados para proteger el medio ambiente. A pesar de los reveses y el déficit crónico de financiación, esas personas y los movimientos feministas que dirigen siguen exigiendo que se les otorgue voz y voto en estos asuntos y que se adopten medidas urgentes para salvaguardar el porvenir común.
Yo respaldo plenamente estas peticiones legítimas. Nuestra crisis planetaria es una crisis de derechos humanos que exige una respuesta feminista.
Debemos abordar las causas profundas de la desigualdad y la discriminación, y dar cabida a las importantes contribuciones de todas las niñas y las mujeres.
La experiencia indica que la promoción de la igualdad de género fomenta la seguridad alimentaria y reduce la violencia. También proporciona a la economía una base más sólida y sostenible. Y demuestra también que la participación de la mujer en la vida pública genera políticas medioambientales más eficaces.
Cada victoria de la justicia social es un triunfo de la inclusión y la diversidad. Es el resultado de aunar voluntades para exigir cambios y llevarlos a cabo, y esto abarca el fomento del derecho humano a un medio ambiente limpio, saludable y sostenible.
Promovamos la etiqueta #Istandwithher. Para lograr un presente mejor y un futuro más igualitario, justo y sostenible.
FIN
Fuente: Youtube ONU Derechos
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