En Argentina el 30 de julio, actor Ernesto Larrese y Alejandro Vannelli fueron la primera pareja latinoamericana del mismo sexo en casarse legalmente en su propio país. Argentina fue el primer país del continente y décimo en el mundo en aprobar el matrimonio homosexual.
César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), espera que otros países latinoamericanos se sumen a la iniciativa ahora que se ha sentado un precedente: “nadie quiere ser el primero, una vez que ya Latinoamérica tiene uno, lo otro sale como más rápido”.
Pero según Rolando Jiménez, presidente del Movimiento de Integración y Liberación Homosexual (Movilh-Chile), en muchos Estados de la región aún hay una deuda en el aspecto legislativo, como la promulgación de leyes de no discriminación y de matrimonio homosexual.
“Se ha logrado un gran cambio cultural en la sociedad chilena respecto de este tema, cambio que no se ha traducido necesariamente en legislación¨, explica Jiménez. ¨Ahí tenemos un gran atraso, Chile es uno de los países más atrasados junto con Perú y Bolivia respecto del reconocimiento legal e igualdad jurídica ante la ley”.
En Venezuela, César Sequera, pastor de la Iglesia de la Comunidad Metropolitana de Caracas, señala que “muchas personas son expulsadas de sus trabajos y no son aceptados por los sitios públicos vitales como clínicas. También está el caso de la discriminación que sufren las personas homosexuales en los servicios médicos, donde por ejemplo, si acuden a donar sangre manifestando abiertamente su condición, automáticamente se les niega la posibilidad de donar”.
Pese a la despenalización de la homosexualidad en los países latinos de América del Sur, la población homosexual de la región es víctima de actos violentos tanto en zonas rurales como en las grandes urbes. Un caso penal que llevó Susel Paredes, abogada lesbiana del Perú, es emblemático en este sentido. Una junta vecinal en Tarapoto violentó y denigró públicamente a una travesti. “La agredió, le corto el pelo a coco y la paseo desnuda por el pueblo para señalar que ese tipo de conductas no pueden producirse”, relata Paredes.
Otra dificultad es el miedo de las personas a reconocerse como parte de la comunidad LGTB y por ende a demandar y exigir el cumplimiento de sus derechos. Para Paredes, es crucial subsanar esta situación ya que “hay personas que por el estigma y la discriminación consagrada en la sociedad peruana, sienten que no tienen derechos, que son ciudadanos y ciudadanas de segunda categoría”.
Para superar las vejaciones que sufren estas personas, los defensores de los derechos humanos contra la discriminación son fundamentales, puesto que su labor tiene que ver con la difusión y promoción de los derechos humanos y en ofrecer un sentido de pertenencia, reconocimiento y apoyo a la comunidad LGTB.
La Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navanethem Pillay, en un editorial que recientemente fue publicado por diversos medios del mundo, hizo un llamado a todos los actores que tienen responsabilidad en terminar con la discriminación. “Una vez más, todos tenemos un papel que desempeñar, especialmente aquellos en posiciones de autoridad e influencia, incluyendo a políticos, líderes comunitarios, maestros y periodistas”, expresó.
Los defensores de la región concuerdan en que se debe trabajar en forma conjunta a fin de dar un paso prontamente desde la discusión y el debate a la acción.
Este 10 de diciembre el Día de los Derechos Humanos está dedicado a reconocer a las y los defensores de derechos humanos que actúan para poner fin a la discriminación.