Para conmemorar el Día Internacional para el Derecho a la Verdad para las Víctimas de Graves Violaciones de los Derechos Humanos, las Naciones Unidas escogieron el día 24 de marzo en memoria de monseñor Óscar Arnulfo Romero, que fue asesinado en El Salvador hace 31 años. Monseñor Romero era un influyente defensor de los derechos humanos y su muerte generó una ola de protestas, y llevó a la realización de grandes reformas en aquel país.
Este año, y con ocasión de la fecha, el Secretario General de las Naciones Unidas Ban Ki-Moon, y su Alta Comisionada para los Derechos Humanos, Navi Pillay, insistieron en que las víctimas y sus familiares tienen el derecho imprescriptible de conocer la verdad. Aunque haya transcurrido mucho tiempo desde sucedidos los hechos, las víctimas y sus familiares siempre tienen el derecho de saber: quién fue el autor de la violación, la fecha y el lugar donde acontecieron los hechos, cómo se dio la situación y por qué sucedió. La verdad es un derecho cuyo ejercicio nadie, ni su propio titular, puede negar.
La Organización de las Naciones Unidas ha reunido la experiencia internacional de más de 30 comisiones de la verdad en las últimas décadas. Las comisiones investigan las pautas de las violaciones cometidas en el pasado, así como sus causas y consecuencias. En última instancia, se espera que el trabajo de la comisión ayude a la sociedad a comprender y reconocer una historia cuestionada o incluso negada y, así, dar a conocer públicamente los testimonios de las víctimas. Las comisiones de la verdad también buscan prevenir que se produzcan nuevos abusos, formulando recomendaciones específicas en materia de reformas institucionales y en políticas públicas.
En Brasil, el III Programa Nacional de Derechos Humanos, lanzado en 2010, prevé la creación de la Comisión de la Verdad, cuya finalidad es “promover la resolución y el esclarecimiento público de las violaciones de Derechos Humanos practicadas en el contexto de la represión política ocurrida en Brasil”. La Presidenta Dilma Rousseff y la ministra de los Derechos Humanos, María do Rosário, manifestaron en diversas ocasiones su apoyo a la Comisión de la Verdad y destacaron la importancia de la aprobación de dicho proyecto, que aún está en trámite en el Congreso.
De esta manera, la Oficina Regional del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos para América del Sur respalda la importancia del proyecto para la creación de una Comisión de la Verdad en Brasil, que no solo contemplará el derecho de las víctimas y sus familiares a la memoria y la verdad, posibilitando restaurar la dignidad de este grupo, sino que también permitirá la reconciliación de la sociedad brasileña con su pasado y consolidar su democracia.
Amerigo Incalcaterra
Representante Regional para América del Sur
Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
Artículo publicado por el diario brasileño Folha de S. Paulo, el 12 de abril de 2011