GINEBRA (2 de marzo de 2015) – En tiempos en que atrocidades contra los derechos humanos se cometen prácticamente a diario, gente de todo el mundo está «pidiendo a gritos un profundo e inspirador liderazgo, que esté a la altura de los retos que enfrentamos», señaló el Alto Comisionado para los Derechos Humanos, Zeid Ra’ad Al Hussein.
“Por lo tanto debemos renovar, con la acción más fuerte, nuestra dedicación a la realidad de los derechos humanos inalienables y universales, para poner fin a la discriminación, la privación y la aparentemente inagotable letanía de los conflictos y las crisis que generan estos terribles e innecesarios sufrimientos», expresó.
Zeid pronunció una declaración durante la inauguración de la sesión no. 28 del Consejo de Derechos Humanos en Ginebra. El Consejo se encuentra reunido en dicha ciudad del 2 al 27 de marzo, y abordará una amplia gama de temas, incluyendo las situaciones en Ucrania, Sri Lanka, Siria y la República Popular Democrática de Corea, así como también asuntos como la libertad de religión, de reunión, de expresión y la seguridad de los defensores de los derechos humanos.
Zeid centró sus comentarios en la conducta de los Estados miembros con respecto a su obligación de defender los derechos humanos. Manifestó que le preocupan el «desprecio y la indiferencia mostrados por varios Estados» hacia del Consejo de expertos independientes, así como campañas de intimidación y de desprestigio contra integrantes de la sociedad civil y otros defensores de los derechos humanos. Apeló a los Estados a que recuerden que deben centrarse en la » sustancia de las denuncias, en lugar de atacar a la crítica».
Buscando soluciones, Zeid señaló que el instrumento más potente que el Consejo tiene contra la pobreza y el conflicto es el «arma de instrucción masiva». Los debates en el período de sesiones solo valdrán la pena, dijo, si cada uno de los Estados representados «se lleva las recomendaciones del Consejo, del Examen Periódico Universal y los mecanismos de los expertos fuera de esta sala y les dan efectos reales donde importa, en sus países”.
«La única medida real del valor de un gobierno no es su lugar en el ballet solemne de la gran diplomacia», afirmó. «Es en qué medida es sensible a las necesidades, y protege los derechos de sus ciudadanos y de las demás personas que se encuentran en el ámbito de su jurisdicción, o sobre los cuales tiene control físico».
FIN
Más información: http://www.ohchr.org/EN/NewsEvents/Pages/Statesmustrenewdedication.aspx
Traducción: Oficina Regional para América del Sur del ACNUDH
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