“Sin embargo,” advirtió, “todavía queda mucho por hacer, en particular en el cumplimiento de la legislación existente, la introducción de sanciones penales individuales para todas las formas de esclavitud, el desarrollo de mecanismos integrales de protección, así como en los esquemas de reinserción e indemnización para las víctimas y en el fortalecimiento de la ejecución y monitoreo de programas tanto regionales como locales.”
“El Perú, que está teniendo uno de los crecimientos económicos más acelerados del mundo, debería garantizar que el desarrollo económico no prime sobre los derechos de las personas,” recalcó la Sra. Shahinian, quien centró su misión de 12 días en las formas contemporáneas de esclavitud, tales como trabajo forzoso en la tala ilegal y el sector minero, servidumbre doméstica y las peores formas de trabajo infantil.
Servidumbre doméstica
“Existe una necesidad urgente de efectuar una reforma legislativa a fin de abordar la disparidad entre la protección ofrecida a las trabajadoras del hogar, quienes son consideradas ciudadanas de segunda clase, y la protección que se ofrece a otros trabajadores,” declaró. “Asimismo, existe una necesidad imperante de contar con programas dirigidos especialmente a las víctimas de servidumbre doméstica.”“Minería Artesanal”
“El desordenado auge de la extracción aurífera en Madre de Dios ha traído consigo una ausencia de legalidad junto con toda una serie de prácticas similares a la esclavitud, principalmente el trabajo forzoso y la explotación sexual tanto de menores como de adultos,” comentó la Sra. Shahinian. “Hago un llamado urgente para que se encuentre una solución que tome en cuenta tanto las necesidades de los mineros y sus familias en lo que respecta a oportunidades de trabajo que respeten sus derechos laborales, así como la alarmante degradación medioambiental de la gran riqueza de la selva amazónica”.
Sector Maderero
En la provincia de Ucayali prevalece la tala ilegal y las comunidades indígenas que viven en zonas remotas y aisladas siguen encontrándose atrapadas por un creciente endeudamiento que contraen por equipos, préstamos y arrendamientos de concesión, quedando encerradas en un interminable ciclo de pobreza. “Exhorto al Congreso a garantizar que el nuevo proyecto de ley forestal prohíba el uso de cualquier forma de trabajo forzoso y respete los derechos de los pueblos indígenas, de conformidad con las normas internacionales pertinentes”, manifestó.
Entre las diferentes instituciones del Estado que visitó la Relatora Especial, pudo observar que solamente una pocas, a diferencia de las organizaciones de la sociedad civil, habían hecho esfuerzos por llegar a zonas muy alejadas, de difícil acceso, donde se dan la tala y la minería ilegal, con la finalidad de generar conciencia sobre los derechos de las comunidades y otros grupos vulnerables.
En opinión de la experta de las Naciones Unidas, “el gobierno peruano ha concentrado gran parte de sus esfuerzos en el tema de la trata de personas. Quisiera instar al gobierno a que aproveche los avances logrados en este campo y ponga el mismo empeño para combatir otras formas contemporáneas de esclavitud. Este esfuerzo debería centrarse en impedir que los perpetradores evadan una sentencia penal aprovechándose de los vacíos legales que contribuyen a la impunidad.”
Durante su visita, la Sra. Shahinian se reunió con autoridades del gobierno, organismos internacionales, ONG’s, académicos, sindicatos de trabajadores y representantes del sector privado. Asimismo, la Relatora Especial se reunió personalmente con víctimas de servidumbre doméstica y fue testigo de las condiciones muy parecidas a la esclavitud en las que se encuentran las víctimas de abusos existentes en el sector minero.
FIN
“En las zonas urbanas, la servidumbre doméstica sigue siendo mayormente invisible y las víctimas que son predominantemente niñas y mujeres jóvenes que migran a las ciudades no conocen sus derechos y se sienten incapaces de denunciar el abuso y la explotación que sufren,” manifestó la Relatora Especial, observando que algunas trabajadoras del hogar realizan arduas labores durante largas horas a cambio de un pago mínimo o sin remuneración alguna, y están sujetas a violencia física, sicológica y sexual.
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