Contacto
Menú

Pertenecemos juntos: honrando los lazos familiares en la migración

Comparte en:

Compartir en twitter
Compartir en facebook
Compartir en linkedin
Compartir en email
Compartir en print

La familia es la piedra angular de la vida humana. No importa de dónde vengamos o adónde nos lleve la vida, la familia es una de las primeras fuentes de amor y apoyo que conocemos. El amor, el cuidado y el apoyo que recibimos de la familia constituyen la base de nuestro crecimiento, nuestra resiliencia y nuestro sentido de pertenencia.

Las personas migrantes y refugiadas no son diferentes a la hora de valorar a la familia en toda su diversidad. Sin embargo, cuando alguien migra, la sociedad suele tratarle de manera diferente. De repente, se espera que haga sacrificios, que renuncie a lo que todo el mundo considera esencial, incluido el derecho a la vida familiar y a la unidad familiar.

Formar una familia, migrar con ella o reunirse después no es una posibilidad para muchas personas. Esta separación causa un profundo sufrimiento a todas las personas involucradas, tanto a quienes migran como a quienes se quedan atrás. Esto impide que las personas migrantes y refugiadas y sus familias prosperen como miembros iguales de nuestra sociedad.

Crear y mejorar vías regulares de migración que respeten el derecho a la vida familiar es fundamental para que los Estados garanticen los derechos humanos, construyan sociedades cohesivas y creen sistemas migratorios justos y sostenibles.  Estas vías evitan que las personas recurran a viajes peligrosos o caigan en situación irregular y les permiten vivir abiertamente sin miedo, lo que incluye acceder a servicios de salud cuando lo necesitan, enviar a sus hijos a la escuela y buscar justicia. La reunificación familiar protege a los niños de cualquier daño, favorece el bienestar mental y emocional de las personas y las familias, y les ayuda a establecerse y contribuir más plenamente a la sociedad. Cuando las familias están juntas, sienten que pertenecen a un lugar, y la sociedad en su conjunto se beneficia de ello.

A través de las historias de Carlos, An, Zara y Babacar, ONU Derechos Humanos ilustra la importancia de situar el derecho a la vida familiar en el centro de la gobernanza migratoria. Sus experiencias muestran la necesidad de que los gobiernos y las sociedades replanteen las vías de migración actuales, de modo que sean seguras, accesibles y basadas en derechos, permitiendo a las personas formar una familia, migrar juntas o reunirse. Por último, nos animan a aprovechar el poder de la solidaridad para mejorar los sistemas y nos muestran lo que es posible cuando las comunidades actúan con compasión y los gobiernos defienden los derechos.

Te invitamos a explorar formas de actuar en favor de personas como Carlos, An, Zara y Babacar.

Acerca de la ilustradora

Estas ilustraciones inspiradas en la esperanza fueron creadas por Magda Castría, una ilustradora y diseñadora gráfica feminista procedente de Argentina. Ella elabora proyectos de edición, animación, gráficos de movimiento y de medios digitales centrados en la defensa de los derechos humanos. Castría se dedica a infundir esperanza con el fin de intentar construir un mundo mejor para todas las especies que lo habitan.

Carlos

Descargar imagen en alta resolución: PNG

Para Carlos, la familia lo es todo: el cálido abrazo de su madre, las risas interminables de su hermana, la forma en que su abuela tararea mientras cocina. Pero cuando su madre se marcha a trabajar al extranjero para que él y su hermana puedan seguir estudiando, el hogar se queda vacío. Su abuela hace todo lo que puede, pero nada puede sustituir la presencia de su madre.

Descargar imagen en alta resolución: PNG

Decidido a colmar la distancia, Carlos toma una decisión que ningún niño debería tener que tomar. Se pone en camino por su cuenta, atravesando un terreno inhóspito él solo, desesperado por volver a ver a su madre. Está cansado, asustado, y el sistema le hace sentir como si el amor de su familia valiera menos por el mero hecho de ser migrantes. Por suerte, encuentra una organización que apoya a niños como él y lo ayudan con el proceso para reunirse con su madre y sanar.

An y Zara

Descargar imagen en alta resolución: PNG

An era trabajadora doméstica migrante cuando conoció a Zara en una reunión comunitaria. Su amor creció en momentos tranquilos, compartiendo comidas, intercambiando historias, soñando con un futuro juntas. Pero la ley no reconocía su amor. Como trabajadora doméstica, An no podía casarse ni fundar una familia. A pesar de contar con un empleador que la apoyaba, los retrasos en la obtención del visado y la amenaza de deportación la hacían vivir con el temor constante de que ella y Zara fueran separadas.

Descargar imagen en alta resolución: PNG

Decididas a cambiar el sistema, An y Zara lucharon -junto con su comunidad e incluso con el empleador de An- por el derecho de los trabajadores y las trabajadoras migrantes a formar una familia. Tras años de incidencia, la ley finalmente cambió. An podía estar con quien amaba y seguir trabajando, y por primera vez podían planear un futuro sin miedo. Al fin y al cabo, el amor no conoce fronteras y nadie debería tener que elegir entre su medio de vida y la persona a la que ama.

Babacar

Descargar imagen en alta resolución: PNG

Cuando Babacar se mudó al extranjero por trabajo, hizo una promesa: su esposa y sus hijos se reunirían con él pronto. Pero pasaron los años y la burocracia convirtió esa promesa en un sueño imposible. Los requisitos de ingresos eran demasiado elevados y las tasas de solicitud, imposibles de pagar. Los cumpleaños, las graduaciones y las bodas se sucedieron, cada uno de ellos recordándole que la separación no es solo distancia, sino tiempo perdido, acontecimientos importantes a los que no se puede asistir y el derecho a estar juntos que se ha visto vulnerado.

Descargar imagen en alta resolución: PNG

El cambio se produjo cuando las autoridades reconocieron lo que debería haber sido obvio: las familias deben estar juntas. Las políticas cambiaron, abriendo vías rápidas, asequibles y fáciles de recorrer. Ahora, personas como Babacar, Carlos, An y Zara pueden estar con sus seres queridos. Una sociedad fuerte se basa en la pertenencia, y cuando mantenemos a las familias unidas, construimos comunidades arraigadas en el amor, la resiliencia y la esperanza.

Actúa

Únete a nosotros en #StandUp4Migrants y exige vías de migración seguras y regulares que respeten el derecho a la vida familiar, para que las familias puedan estar juntas o reunirse. Puedes descargar las imágenes y compartirlas, citando a la artista Magda Castría.

Para obtener más información sobre cómo ayudar a cambiar la narrativa sobre la migración y los derechos humanos de las personas en el contexto de la movilidad humanan, visita la Caja de herramientas de ONU Derechos Humanos.

Para explorar la variedad de preocupaciones en materia de derechos humanos y las soluciones propuestas para crear vías de migración basadas en los derechos humanos, lee nuestro documento: Leveraging regular migration pathways for human rights.

Para comprender cómo mejorar el derecho a la vida familiar en la región de Asia-Pacífico, lee nuestro informe.

Para obtener una perspectiva global basada en los derechos del niño sobre la reunificación familiar, también puedes leer nuestro informe al Consejo de Derechos Humanos sobre los derechos del niño y la reunificación familiar.

FIN

Objetivos de Desarrollo Sostenible Relacionados

Scroll al inicio
Ir arriba