06 de agosto de 2019 – La ONU en Brasil realizará en agosto una exposición en Rio de Janeiro con obras del artista de la ciudad de São Paulo Otávio Roth, que en 1978 creó e imprimió xilografías que ilustran los treinta artículos de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La entrada a la exposición es gratuita.
Es la primera vez en más de 30 años que las xilografías —expuestas permanentemente en las sedes de la Organización en Nueva York, Viena y Ginebra- se exhiben en el país.
En entrevista concedida al Centro de Información de las Naciones Unidas para Brasil (UNIC Rio), la hija y curadora del artista, Isabel Roth, habló sobre el legado de Otávio Roth y sus contribuciones a la difusión de la Declaración y del trabajo de las Naciones Unidas a nivel global.
“Otávio fue el primer artista vivo que expuso en la ONU, porque fue el primer artista que ilustró el contenido de la Declaración Universal de Derechos Humanos”, dijo Isabel Roth, citando el documento histórico adoptado por los países el 10 de diciembre de 1948, algunos años después del fin de la Segunda Guerra Mundial.
Las xilografías tardaron dos años en estar listas, y fueron exhibidas por primera vez en 1978. Con el tiempo, las obras fueron grabadas en varios idiomas: noruego, inglés, francés, japonés, español, danés y portugués.
Según Isabel Roth, su padre creía que el contenido de la Declaración era muy importante para quedar restringido a los círculos de profesionales de las relaciones internacionales y del derecho, siendo necesaria su difusión de forma más didáctica para las poblaciones de todo el mundo. Él manifestó esa opinión en entrevistas concedidas en la época en que lanzó el trabajo.
“En varias ocasiones, tuve la oportunidad de tener en mis manos el texto acordado de la Declaración, que es un papelito precario e ilegible. Noté que, de esa forma, el texto jamás sería difundido, y de ahí surgió la idea de convertirlo en un trabajo gráfico de mayor impacto”, dijo el artista en una entrevista a Folha de São Paulo en 1981, año de la inauguración de la exposición en Nueva York.
Para Isabel Roth, uno de los ejes que mueven las obras de su padre es la comprensión de que la información debe ser compartida, principio que, según ella, estaba presente tanto en su trabajo artístico como en sus actividades de investigador, curador y profesor.
“Él tenía una pasión por estudiar e investigar una serie de temas, y nunca fue una persona que quisiera guardar ese conocimiento para sí mismo, siempre quiso canalizar y democratizar ese acceso”, declaró Isabel Roth.
Fallecido en 1993, a los 41 años, Otávio Roth fue grabador, diseñador gráfico, ilustrador y profesor. Él es reconocido mundialmente por su trabajo con papel artesanal y eventos de arte participativo. En 1971 viajó a Israel, donde comenzó su interés por la fotografía. Al año siguiente, en São Paulo, cursó publicidad y, en 1974, fue a estudiar diseño gráfico en Londres. En la capital británica, influenciado por el artista Paul Pietch, comenzó a interesarse por el grabado, principalmente la xilografía, y por temas sociales y políticos.
Trabajó como diseñador, ilustrador y grabador en Oslo, en Noruega, en 1977. Volvió a Brasil poco después y, a lo largo de los años 80, recibió varios premios de literatura infantojuvenil como ilustrador y escritor, y fue socio en diversas publicaciones de la escritora Ruth Rocha. En la misma década, inauguró la Handmade, primera fábrica de papel artesanal del país.
Para Isabel, las obras de Otávio valorizan el sentido de colectividad, al tiempo que comunican temas duros de manera ágil. “Era un artista muy brasileño en ese sentido, que comunica alegremente, con colores. No necesita obligatoriamente hablar de temas pesados de manera traumática”, declaró. “En ese sentido, su obra comunica mucho a los adultos, pero también a los niños y niñas”.
La idea de ilustrar cada uno de los artículos de la Declaración partió del propio artista, que produjo las obras en Noruega. En 1980, la expuso en la galería de arte neoyorquina Automation House, donde fue vista por un asesor del entonces secretario general de la ONU, Kurt Waldheim.
El asesor quedó impresionado con el trabajo e invitó al artista brasileño a exponer la serie de xilografías en la sede de la Organización, en Nueva York. En 1981, la exposición fue inaugurada para recordar los 33 años de la Declaración Universal de Derechos Humanos. La última vez que la serie de xilografías se expuso en Brasil fue en 1981.
“La gran contribución de Otávio para las Naciones Unidas con la serie de la Declaración fue la de presentar una versión que fuese ligera, agradable, fácil de comunicar y que dialoga con todas las personas”, señaló.
“Esas ilustraciones son sencillas, pero no debemos confundir esa simplicidad con superficialidad en el tratamiento del concepto”, dijo Isabel. “El resultado final es muy simple, pero lo que está detrás es un proceso complejo de simplificación, sin que se pierdan los valores ni el significado real del mensaje”, completó.
Según Isabel, Otávio no tuvo problemas con autoridades brasileñas durante la dictadura militar, a pesar de su defensa de los derechos humanos en medio de un régimen que violó esos derechos. “Toda su obra carga valores y símbolos compatibles con una visión democrática, pero me parece que eso era muy sutil para ser percibido o cuestionado por las autoridades (de la época)”, declaró.
Otros trabajos de Otávio Roth con las Naciones Unidas incluyeron la elaboración de un sello conmemorativo, en 1982, y una actividad con niños y niñas de la Escuela de la ONU en Nueva York, en 1990. En esa ocasión, surgió la idea de una nueva instalación participativa bajo el título “El árbol – Instalación Itinerante”, en la cual niñas y niños de todo el mundo hicieron intervenciones libres sobre hojas autoadhesivas, pegadas por el artista en troncos dibujados en tinta china sobre acetato.
El objetivo era que el panel tuviera la dimensión de la fachada del edificio sede de la ONU, pero el proyecto quedó inconcluso en virtud de la muerte prematura del artista. A pesar de ello, la instalación recolectó más de 60 mil “hojitas”.
“Esa comprensión de que la individualidad debe ser preservada y tiene su valor, pero que la contribución de hecho se encuentra en el colectivo, es muy fuerte y comunica mucho sobre Otávio. Es una obra que sintetiza la visión que Otávio tenía sobre el arte”, explicó Isabel.
Ella afirma que decidió volverse curadora de las obras del padre porque estas continúan siendo relevantes, décadas después. “Mi padre falleció cuando yo tenía 3 años, entonces tengo pocos recuerdos de él (…). Pero su obra siempre estuvo muy presente en mi casa. Su recuerdo siempre estuvo presente en mi vida”.
“Me fascina la consistencia de los valores con que él cargó sus obras. Como hija, sé que en la vida personal él llevaba consigo los mismos valores. Me fascina que sea una persona tan coherente”, dijo, recordando que su padre creía en el poder del arte como factor de transformación social.
“Ese es el lugar del arte, y los esfuerzos que los profesionales del área deben hacer, de pensar y proponer los eventos culturales, los procesos como oportunidad, para que las personas se sensibilicen y se motiven a dar lo mejor de ellas”, concluyó.
La exposición estará en cartelera hasta el 9 de septiembre.
Detalles
Período de la exposición para el público: 08 de agosto a 09 de septiembre.
Visitas: martes a domingo, de 12 a 19h.
Costo de la entrada: gratuita.
Dirección: Centro Cultural Correios – Rua Visconde de Itaboraí, 20 – Centro, Rio de Janeiro, Brasil.
Fuente: ONU Brasil
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